domingo, 7 de junio de 2009

Del gran Spyro Gyra al grupo de Jay, Tom y Julio.



















Spyro Gyra en la actualidad




En el año 1975 la escena musical de Buffalo, localidad cercana a New York, estaba rebosante de creatividad. Grupos de todos los estilos musicales posibles se daban cita en los diversos locales nocturnos de la ciudad. Por aquellos entonces, dos viejos amigos , el saxofonista de Brooklin, Jay Beckenstein y el teclista Jeremy Wall, también de NYC pero que acababa de llegar de Los Ángeles, se reencontraron y decidieron montar una banda. Como no tenían repertorio se dedicaron a tocar versiones de clásicos de R&B hasta que un buen día, improvisando sobre bases rítmicas de grupos como “Weather Report”, “Earth, Wind & Fire” o “Marvin Gaye”, empezaron a crear un especial sonido que iba a ser el inicio de una revolución musical. Su secreto era la mezcla sin concesiones de todos los estilos musicales posibles, aunando una gran riqueza rítmica con un excelente sentido de la melodía y la armonía, algo de lo cual adolecían en aquel momento la mayoría de grupos de fusión, que se conformaban con experimentar y mezclar ritmos eludiendo melodía en beneficio de solos de gran calidad técnica pero frecuentemente carentes de alma.cEse nuevo y especial sonido reportó a la banda una gran notoriedad a nivel local. Una noche antes de su primer concierto en un local de Buffalo de nombre Jack Daniels, el dueño del local preguntó a Beckenstein cual era el nombre de la banda y este, recordando las clases de biología que había recibido en la escuela, le dijo “llámalo Spirogyra. Spirogyra es un alga marina de color verde intenso (cosa que probablemente inspiró las portadas de algunos de sus primeros trabajos). Pero la persona no lo transcribió correctamente y Spyro Gyra fue finalmente el nombre que utilizaría a banda hasta la actualidad.
En 1976 Jay Beckenstein se asoció con el bateria Richard Calandra y fundaron Amherst Records. Alquilaron un pequeño local, un mezclador de 16 pistas y con eso y pocos recursos más, editaron, dos años más tarde, 500 copias de “Spyro Gyra”, su primer LP. El mismo Beckenstein se encargó de repartirlas con su vehículo por todas las tiendas de discos cercanas. De repente se produjo el milagro y la pieza de apertura, “Shaker Song” se convirtió en un éxito en las radios locales.






Con tan rudimentaria producción “Spyro Gyra” vendería 70.000 copias de su primer trabajo. En esta primera grabación ya participarían algunos músicos que iban a ser importantes en el devenir futuro del grupo; el joven y excelente teclista Tom Schumann, y David Samuels, virtuoso del vibráfono y la marimba.


En 1979 llegaría su primera gran producción. Se llamaría “Morning Dance” (1979) y contendría algunas de las mejores y más originales piezas de la banda, como el propio “Morning Dance” que sería un gran éxito, “Song for Lorraine”, una mezcla irresistible de jazz y ritmos latinos o “Little Linda”, con idénticos ingredientes. La preciosa balada “It Doesn’t Matter” del guitarrista Chet Catallo (en mi opinión uno de los que más contribuyeron en la creación del sonido Spyro Gyra, a pesar de su corta trayectoria) pone, junto con “Rasul”, la nota melódica de la grabación. El éxito “Heliopolis”, la interesante “Jubilee”, “Starbust” y, la pieza más floja del disco, “End of Romanticism” completan este impresionante segundo trabajo del grupo. “Morning Dance” fue un gran éxito y vendió más de 1 millón de copias. En la grabación participaron músicos de la talla de Michael Brecker (saxo tenor), Randy Brecker (trompeta), Will Lee (bajo) o el percusionista Gerardo Velez que había tocado con gente como Jimmy Hendrix (en Woodstock fue su primer concierto) o el grupo de funk, Chic.


“Morning Dance” (1979) sería para Spyro Gyra una impresionante plataforma de despegue. El grupo empezaría ese mismo año a hacer giras internacionales y prácticamente no pararía hasta la actualidad a pesar de los muchos cambios que ha sufrido la formación desde el año de su creación.








En 1980 dos nuevas grabaciones serían presentadas por el grupo. Primero le llegó el turno al espléndido “Catching the Sun” que sería disco de oro y llegaría al número uno en las listas de la revista americana Billboard, incluyendo temas tan interesantes como “Lovin’ You (Interlude)/Lovin’ You” (también de Chet Catallo), “Catching The Sun”, “Percolator” y “Here Again” de Beckenstein o “Safari” y la bonita balada “Autumn for our Love” de Jeremy Wall. Contenía también la primera composición del teclista Tom Schuman, “Laser Material”. A finales de ese mismo año se presentaba el cuarto trabajo del grupo, “Carnaval” para el cual, además de la base habitual de músicos, utilizaron a gente tan importante como el guitarrista Hiram Bullock y el teclista Rob Mounsey. “Freetime” (1981) , “Incognito” (1982) y “City Kids” (1983) cerrarían un septeto de grabaciones inovidables. “Incognito” es el mejor de estos tres discos e incluye unos créditos que difícilmente se podrían igualar en la actualidad. Una sección de vientos que podría hacer palidecer a cualquier productor de la época (Jerry Hey -trompeta y flugelhorn ,Gary Grant -trompeta y flugelhorn, Tom Scott -saxófonos y flauta, Larry Williams -saxófonos y flauta y Bill Reichenbach -trombón. Una sección de cuerdas compuesta por una decena de músicos encabezados por el gran Harry Lookofsky, además de los colaboradores habituales de la banda y otros músicos del enorme nivel de Steve Gadd (bateria), Marcus Miller (bajo), Manolo Badrena (percusión) y Jorge Dalto y Richard Tee (teclados). Incluso contenía una colaboración de Toots Thielemans en el tema “Stripes” de Beckenstein. Realmente impresionante.






Pero lo cierto es que el grupo experimento un cambio importante a partir de “City Kids” y sus siguientes trabajos empezaron a perder de forma progresiva el sello que durante las anteriores grabaciones les había caracterizado. Gente como Chet Catallo, Eli Konikoff, John Tropea, Jim Kurzdorfer o Rubens Bassini habían desaparecido de los créditos.


Jeremy Wall había abandonado la banda varios años atrás y Richard Calandra fallecería poco después de esta grabación. Del núcleo duro del grupo, sólo Jay Beckenstein siguió. Y quizás en ese momento dejaron de ser Spyro Gyra para pasar a ser la banda de Jay, Tom y Julio. Un excelente doble disco en directo, “Acces to all Areas” (1986) cerró una carrera de 8 años con 8 excelentes trabajos y más de 500 conciertos en directo. Quedaba mucho por venir. De hecho el grupo ha producido 22 trabajos más desde ese año, pero, en mi opinión, lo mejor ya quedaba atrás. Spyro Gyra seguiría haciendo grabaciones de gran nivel técnico, siempre con excelentes músicos, pero lamentablemente no tan imaginativos como sus primeros 8 extraordinarios trabajos.


Jazzy

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